Última Estación del Ferrocarril
García Moreno despierta con el sueño de un tren ecuatoriano y siendo un soñador inalcanzable comienza a ejecutar la obra y se construyen los primeros terraplenes y en 1860 se colocan las durmientes; dando así el inicio de la creación sin embargo no le alcanzó el tiempo hasta el año de 1874 avanzó desde Yaguachi a Milagro.
En la provincia de El Oro se llamó al ing. Gastón Thoret, quien había sido contratado principalmente para el diseño del ferrocarril, la obra sería financiada con los impuestos al cacao y administrados por la junta de ferrocarriles de El Oro, con el respaldo del Banco Comercial y Agrícola de Guayaquil.
Seguido a esto en el año de 1897 se concede una prórroga a los constructores. El recorrido del ferrocarril planificado en dos ramales uno hasta El Guabo con proyección a Tenguel-Balao y a Guayaquil.
La parada final de Piedras estaba esperando turno; y cuando le llegó su hora, el pueblo se convirtió en “epicentro” de un agitado comercio, con un centenar de personas frecuentándolo a diario para tomar el tren y realizar gestiones personales, dejar encomiendas, hacer transacciones mercantiles, o simplemente para despedir a un ser querido. No había para lujos, pero nadie se privaba de las comidas o un refrigerio. Al pasar el Ferrocarril por las estaciones de su recorrido iba despertándolas. Inaugurada la estación de Piedras seguirían las actividades para extender la vía y finalmente ponerla en dirección a la meta soñada.